Suelo ser una persona que busca siempre el lado positivo de todas las cosas, el pesimismo no es lo mío, aunque muchas veces desconfío y retrocedo. Soy de lanzarme e ir a por lo que quiero, conseguirlo cueste lo que cueste, aunque a veces no lo haga. Él fue un caso aparte. Suena extraño, ¿verdad? Empiezo hablando en tercera persona y con dos letras ("él") ya cambio el sentido de todo. Supongo que estábamos destinados a esto, a que él me cambiases la vida de esta manera. Empiezo viviendo lo mío y luego llegó él, y pretende que le recuerde, cambiando el trayecto de todo. Bueno, a lo que iba, que me encanta ser tan positiva, ME ENCANTA GRITAR, (me encanta callar), cuanto quiera y cuanto pueda. La cosa es sentirlo. Él... él.Él me hizo gritar, callar, ser tan grande y a la vez tan pequeña. Él me hizo ser todo lo positiva que pueda, después de perder es lo que hay, intentas buscar todo lo bueno que pueda sustituir algo tan grande. Luego te das cuenta de que, los mejores momentos y las mejores personas, no hay nada que lo sustituya. Porque fueron eso, los mejores. Puedes ser todo lo positivo que quieras, puedes lanzarte a buscar la felicidad en todo lo bueno que encuentres, pero nada ni nadie, y repito: nada ni nadie van a poder reemplazarlo. Reconozco mi derrota, nunca pude destruir su recuerdo ni cambiarlo, ni taparlo... sólo arrepentirme de recordarlo una y otra vez en mi cabeza. Ya, puedo ser todo lo positiva que quiera, pero yo soy la que calla, recuerda y siente, como siempre y a pesar de ello sonrío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario